16 de abril de 2009

museo de las pesas y bebidas de parís

diminuta
nunca se había sentido
físicamente
diminuta.
últimamente
como si se lavase en agua caliente
diminuta encoge.
encoge, sin reflexividad y más allá de los hombros,
que en diminuta están encogidos por defecto.
se mira en el espejo
y no se ve.
le preocuparía si no fuese
porque no es nada
que un frasco de nutella y una cuchara no puedan arreglar.
no sin antes darse un baño de platino iridiado
para que quede constancia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Quizá una prima tuya, diminuta, una chica explosiva llamada dinamita, esté en este momento escribiendo dinamiteces, quizá se esté dinamitando ahora, atomizándose en mil añicos, en mil teselas de mosaico, porque no aguanta más la presión en su cuerpo. Y quizá alguien después se entretenga reuniendo sus pedazos para poder recordar un rato a dinamita antes de que el viento vuelva y la disperse de nuevo. Gracias por ser y estar.